Digna Castillo, una inmigrante hondureña que lleva más de 25 años residiendo en un edificio de NYCHA en El Bronx, vive preocupada por el deterioro que, asegura, está consumiendo su apartamento. Ella ha reparado por su cuenta algunos de los desperfectos porque, según explica, oficiales de la Agencia de Vivienda Pública de la Ciudad no le contestan sus quejas.